Exhorto a profesionales de la salud
Actualmente, la mayoría de los especialistas trabajan en las grandes ciudades y es infrecuente encontrarlos en el sistema de salud pública.
Actualmente, la mayoría de los especialistas trabajan en las grandes ciudades y es infrecuente encontrarlos en el sistema de salud pública. Por otro lado, los turnos escasean (¡a veces hay que esperar meses!) y en esos meses de espera se esfuman valiosas ventanas de oportunidad en relación a los probados beneficios de la intervención temprana. Muchas veces las familias tienen problemas económicos porque alguno de los miembros tuvo que dejar de trabajar o que reducir las horas de trabajo y no pueden afrontar los costos de los tratamientos (que suelen ser muy altos). Sin dejar de mencionar que un porcentaje considerable de familias en nuestro país no gozan de cobertura en salud.
Las comparto con ustedes: 1) revisemos nuestras creencias y seamos muy conscientes de ellas, ya que muchas veces somos los primeros en estigmatizar a las personas; 2) evitemos etiquetar, "patologizar", sentenciar, poner techos, juzgar, culpar; 3) seamos más amables con las palabras que usamos y empecemos a sustituir palabras como "trastorno" por "condición", "alteraciones" por "desafíos", "integración" por "convivencia", etc.; 4) ¡miremos las fortalezas de las personas! (que sea lo primero que hagamos); 5) seamos muy generosos: compartamos lo que sabemos y empaquetemos ese conocimiento de manera fácil y entendible para que esas herramientas estén a disposición de los niños en su vida cotidiana a través de sus familiares; 6) abramos la puerta de nuestros consultorios, invitemos a pasar a los padres, mostrémosles lo que hacemos con sus hijos, enseñémosles a hacerlo para que lo puedan replicar en sus casas; o si nos animamos, salgamos de los consultorios e interactuemos con las familias en otros ámbitos (¡apuntemos a que los niños pasen más tiempo en la escuela y en actividades disfrutables que en los consultorios!); 7) creamos en la potencialidad de las personas y empoderémoslas; 8) aprendamos y enseñemos sobre el modelo social de la discapacidad, seamos ejemplo de respeto a la diversidad; 9) sonriamos más, abracemos más; 10) apuntemos a ser prescindibles en la vida de los niños y las familias, porque si ya no nos necesitan significará que los apoyos están donde tienen que estar: en su entorno natural y cotidiano.
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